Las lágrimas son faciles de dibujar, son algo físico que se puede ver y palpar, la amargura no.
La amargura va por dentro, duele, duele sentirla y duele dibujarla.
La amargura duele verla,cuando la ves lo sabes.
Es díficil dibujar algo que trascienda lo material y te toque algo dentro, que te roce los sentimientos hacia algo, en este caso, hacia nuestra amada titular Mª Santísima de Lágrimas y Amargura, y esta pintura lo consigue, te hace sentir lo que ella siente.
Es por ello que queremos agradecer a Thalía Rubio Latorre, vocal de juventud, la forma en la que ha representado a nuestra madre, la fuerza y la intención de esta maravillosa pintura.
Pintura que se entregó en ofrenda a la Hermandad en la función principal de este año.
Tan solo su mirada, no tiene corona ni aureola, es tan humana como nosotros, sufre como nosotros, duele verla, tanto que solo podemos divinizarla y amarla.
