lunes, 15 de mayo de 2017
Redentor de Ávila. Hermandad de la Estrella.
Redentor, redentor mío, ya mío después de llevarte sobre mi costal. Unos pocos tuvimos el placer de poder aliviar a tus costaleros y convertirnos en tus pies por un día.
Experiencia que espero se repita.
Ávila se rinde a tus pies cada Martes Santo en tu caminar poderoso por sus complicadas calles.
Este año el sol te vio brillar, estuviste más radiante que nunca, con esa gran banda, El amarrado, por detrás poniéndole las notas al sentimiento que tu zancada quería expresar.
Radiante ibas, radiante te llevó esa gran cuadrilla.
Grande no solo por su técnica, su fe y su devoción, grande por la calidad humana que hay bajo ese paso.
Algunos se metieron debajo de nuestro cautivo el jueves, después de la estación de penitencia del martes, si eso no es ser buena gente yo no sé que lo será. Algunos pudieron venir y otros les fue imposible por diversos motivos, pero a todos ellos los sentimos debajo del paso el jueves santo.
Hospitalidad, sentimientos encontrados y devociones hermanas. Hicimos hermandad desde cada uno de los lados de la sierra de Gredos.
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